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Sánchez arriesga pactos sociales en pensiones, SMI y autónomos si sus socios tocan la reforma laboral

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Pedro Sánchez, presidente del Gobierno.
Carlos Ribagorda

Mientras patronal, Gobierno y sindicatos negociaban hasta última hora de este lunes cambios en la reforma laboral para sumar al acuerdo a sectores como el del automóvil o los agricultores, el nuevo caballo de batalla para sacar adelante el texto final sobre el mercado laboral es su tramitación en el Congreso. En concreto, los cambios que los socios de Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, puedan forzar en las Cortes al acuerdo rubricado por los agentes sociales. ERC, Bildu y PNV ya han dicho que votarán ‘no’ si no incluye la prevalencia de los convenios autonómicos sobre el estatal, retirado del texto final en la mesa de diálogo social.

Pero la patronal no se va a quedar quieta. Si finalmente el PSOE se ve obligado a aceptar esos cambios -no tiene mayoría en las Cortes-, la CEOE ya ha advertido que «dirán que no han firmado ese documento» y que «tomarán nota a la hora de sentarse a negociar con un Gobierno que no cumple su palabra» nuevos acuerdo.

En definitiva: no se volverían a sentar a negociar nada con Sánchez. «Nosotros no somos políticos. Es el PSOE el que tiene que conseguir los apoyos para sacarlo adelante sin tocar lo que hemos firmado en la mesa de diálogo social», advierten desde la patronal.

Ante esta situación, Sánchez tendrá que frenar las aspiraciones de sus socios independentistas o de lo contrario pondrá en riesgo el acuerdo social -y la foto, algo de lo que le gusta sacar rédito- en futuras negociaciones, principalmente la segunda parte de las pensiones, el incremento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) -aunque en este caso se trata sólo de una cuestión consultiva-, y las cotizaciones de los autónomos -ATA, la organización mayoritaria de este colectivo forma parte de CEOE-. También está pendiente la negociación de un nuevo convenio colectivo aunque fuentes de la patronal aseguran que se trata en este caso de una negociación sólo entre patronal y sindicatos y «no está en peligro».

También descartan en la patronal que los sindicatos abran el melón en 2022 de negociar el endurecimiento de los despidos para elevar la indemnización de nuevo a los 45 días por año trabajado. «Los sindicatos son serios. Si hemos negociado nueve meses una reforma laboral y no se ha tocado el tema de los despidos, cumplirán. Son serios», explican estas fuentes.

Pensiones

Las pensiones van a protagonizar las nuevas mesas de negociación entre los agentes sociales y el Gobierno. El Ejecutivo ya sacó adelante la primera parte de la reforma de las pensiones sin el apoyo de la patronal, que no firmó el incremento de las cotizaciones un 0,6% para pagar la pensión a los llamados baby boomers. La CEOE se levantó de la mesa y el Gobierno castigó a los empresarios en el reparto de la subida: 0,5% para las empresas, 0,1% para los trabajadores.

En 2022 se tiene que negociar la segunda parte de la reforma de las pensiones, con la vista puesta en lo que está pasando en la tramitación de la reforma laboral en el Congreso durante los meses de enero y febrero. La patata caliente será pactar el periodo de cálculo de las pensiones, actualmente en 25 años. La viabilidad del sistema está en juego y afrontarla sin la participación de los empresarios sería enviar un mal mensaje a Bruselas. Después vendrá la negociación con los autónomos para cerrar las cotizaciones de este colectivo, más de tres millones de personas.

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